Mel Gibson, vuelve a sorprender. Tras la exitosa y polémica "La Pasión de Cristo" nos entrega este film que es violento y sanguinolento a partes iguales.
La película se ambienta en los finales de la civilización Maya, de la cual no se muestran muchos aspectos. Los mayas fueron hábiles con las ciencias y las letras, y tenían su propio sistema de escritura, hace más de tres mil años. Sin embargo, las escasas escenas que vemos en la ciudad, donde se plasma el día a día, de esa civilización, son de invocación a los Dioses, a los cuales, para saciar su sed se les ofrecen víctimas humanas, a los que se les saca el corazón.
Que una película rodada en lengua maya, por tanto doblada, con actores desconocidos, que transcurre más de la mitad de las dos horas que dura, en una selva, mantenga un ritmo denodado, que no da tregua al espectador, con una escenas que no hacen ascos al salvajismo y la crueldad (justificada), con un realismo total muy pocas veces conseguido, con situaciones que ponen los pelos de punta, y un equilibrio entre la brutalidad y la ternura, hacen de Apoalypto un peliculón, una apuesta extremadamente arriesgada, cine en estado puro y sangrante, que solo alguien como Gibson (que estuvo ocho meses viviendo en México durante el rodaje y se está especializando en proyectos a cual más extraño) podía ser capaz de alumbrar y de llevarlo a la práctica con un resultado tan extraordinario.
Una sadomasoquista (de bizarra ternura) ensoñación hiperrealista de una cultura de la América precolonial salvaje y despiadadamente hermosa. Prodigiosos 50 minutos finales. Bestiales.
Que una película rodada en lengua maya, por tanto doblada, con actores desconocidos, que transcurre más de la mitad de las dos horas que dura, en una selva, mantenga un ritmo denodado, que no da tregua al espectador, con una escenas que no hacen ascos al salvajismo y la crueldad (justificada), con un realismo total muy pocas veces conseguido, con situaciones que ponen los pelos de punta, y un equilibrio entre la brutalidad y la ternura, hacen de Apoalypto un peliculón, una apuesta extremadamente arriesgada, cine en estado puro y sangrante, que solo alguien como Gibson (que estuvo ocho meses viviendo en México durante el rodaje y se está especializando en proyectos a cual más extraño) podía ser capaz de alumbrar y de llevarlo a la práctica con un resultado tan extraordinario.
Una sadomasoquista (de bizarra ternura) ensoñación hiperrealista de una cultura de la América precolonial salvaje y despiadadamente hermosa. Prodigiosos 50 minutos finales. Bestiales.
2 comentarios:
Desde luego sí que es una pena, tan joven y lleno de vida, y se le escapó...descanse en paz Antonio Puerta, no te olvidaremos.
En su momento ya ví la Pasión y me gustó mucho, y sabía que esta no me defraudaría.....qué le vamos a hacer, me gusta cómo dirige Mel Gibson.
Recuerdo heber estado toda la peli en tensión y al final pensar "ya se ha acabado??" a pesar de su largo metraje....y me encanta que sean en VOSE.
Bueno, ya está....besis ^_^
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