21.55 de la noche... era nuestro turno para cenar los macarrones que Roberto, peregrino de Italia había preparado con todo su cariño.
En ese momento suena el timbre... Alguien que quiere entrar a dormir... Pero sorpresa no es así 9 Franceses... Ufff... si saben que los albergues cierran a las 22.
Para más INRI no teníamos cena... y tuvimos que cocinar de nuevo... y como yo ya había terminado me tocó a mi... A la cocina... mientras cocinaba empecé a oir un canto a mis espaldas... Los chicos habían empezado a bendecir la mesa... increíble... Realmente emocionante y precioso. La cena casi estaba preparada... y cuando la serví... Unos aplausos y unas sonrisas... Que hora era? No importa...
Pero lo mejor estaba por llegar... Por la mañana fueron los últimos en marchar del albergue porque decidieron ayudarnos a Matteo y a mi a ordenar el salón donde tenemos 22 colchonetas...
Y cuando bajamos a despedirlos allí estaban ellos con sus mochilas cantando Le Choristes... Con tenor incluido... Lástima de tener el móvil en la habitación... Os prometo que ha sido precioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario