martes, 17 de febrero de 2009

Correr un maratón...

Correr un maratón es un legítimo logro personal que pocos son capaces de alcanzar. El número de personas que han corrido un maratón es menor al 1% de los habitantes de una ciudad.

Quien ha corrido un maratón sabe que para hacerlo debe desarrollar su capacidad física hasta un cierto nivel que solo se alcanza entrenando. Quien ha corrido un maratón sabe que esa capacidad no se compra, ni se alquila, ni se inyecta; sabe que se construye con esfuerzo y disciplina. Sabe que para lograrlo debe pagar su tributo al asfalto.

Por eso quien ha corrido un maratón tiene un motivo legítimo para sentirse realizado. Por eso guarda con amor la medalla que recibe al final del maratón; por lo que significa, porque es un reconocimiento ganado a ley. La medalla es un testimonio a su esfuerzo, a su voluntad y a su capacidad de superación. Algo que se dice fácil, pero que no lo es.

El corredor sabe que las medallas no se compran, sabe que se ganan. Sabe que quien llega a la meta es un triunfador.

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