miércoles, 20 de agosto de 2008

¿De que color es la sangre de un Tri-Atleta?

Empiezas a entrenar no sabes porque, con vistas a competir por diversión, entrenas más horas que algún futbolista de elite, sales a las mil del entreno, soportas el frio del invierno y el calor del verano, pasas malos, muy malos ratos físicos cuando toca hacer algo duro, y pasas malos ratos psicológicos cuando las cosas no van todo lo bien que tu quieres, superas lesiones extrañas que un dia duelen y otro también, dejas de lado muchas cosas porque tienes que entrenar, miras de reojo un "peaso" dulce porque después de las series de ayer "no me voy a meter esto pal cuerpo", el día de la competición tienes unos nervios que ni el día de las oposiciones, con suerte si es un sprint te tiras una horita y pico sufriendo y con más suerte si es un olímpico te pegas 2 horas y pico sufriendo más, la idea de ser ironman ronda tu cabeza pero ni te atreves a decirlo porque te van a decir que estas "echo piscos de la cabeza", cuando llevas media competición juras que pasas de volver a hacer esto, que necesidad de sufrir tengo yo?, ¿que hago aquí?. Pese a todo esto, en cuanto cruzas la meta te lamentas de no haberte apuntado al de la semana que viene y piensas que estas deseando coger la bici porque el segmento ciclista te salió regular, y ya esta la maquina otra vez en marcha, vuelta a la rueda del veneno triatletico, es una pasada.

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