Todos los españoles envidiamos al resto de los europeos por no tener entre ellos, la pesadilla del terrorismo de ETA. Sin duda, los asesinos independentistas vascos son uno de los más importantes problemas sociales, sino el que más, de los ciudadanos de España.
Pues bien, ETA como tal en la actualidad, se encuentra muy desmembrada y bastante desorganizada. Sus actuaciones son muy limitadas y de hecho tienen grandes problemas para seguir adelante con su "táctica" del chantaje violento.
En los últimos tiempos la actividad de ETA, parecía más la de unos mafiosos, preocupados por recaudar dinero. Dinero que no destinaban a armas, que las roban, ni para explosivos, que los roban, simplemente para enriquecerse. Pues bien. Italia, país perteneciente al G8, sufre en sus entrañas, las actividades mafiosas. Mafia Siciliana, Camorra Napoletana, son las más conocidas...
Pero existe también la Ndrangheta durante años a la sombra de la Cosa Nostra (Mafia Siciliana) en la actualidad la "asociación" Calabresa ha superado en número de actividades, volumen de "negocio" y violencia al resto de actividades delictivas mafiosas, en Italia y en el Mundo.
Su negocio se basa en el control, casi absoluto del tráfico internacional de estupefacientes, no sólo sigue dominando el escenario calabrés, sino que ha forjado lazos con organizaciones de otros continentes. Así, su "Reino " incluye tierras e inmubles en el norte de Africa, este europeo, America Latina. Para tener una idea del nivel de importancia que ha adquirido, decir que la mismisima Cosa Nostra compra las drogas de sus negocios a la Ndrangheta.
El punto fuerte del clan, según los expertos, es que en lugar de tener una estructura jerarquica piramidal verticalista, con un Padrino, funciona sobre la base de modelos horizontales, creando varios "Padrinos", algo realmente increíble en una "asociación" mafiosa. Pero que la ha llevado a solucionar los problemas de deseo de poder entre los integrantes de la misma. Sin una cabeza visible y sin miembros estables, para evitar que la caída del jefe supremo supusiera el estallido de un nuevo conflicto por el poder. Esa organización laxa fue "una idea inteligente", como reconoce el propio mayor Casagrande. Los grados tradicionales se mantuvieron: joven de honor (el recién nacido de una familia mafiosa), picciotto (el joven ayudante), camorrista (el afiliado ya con alguna experiencia violenta), sgarrista (el cobrador de extorsiones y comisiones), santista (el que ha recibido ya la consagración llamada santa), evangelio (el jefe que ha prestado juramento de fidelidad sobre una Biblia) y quintino (el grado máximo).
Para que podamos hacernos una idea del potencial económico de dicha organización, se estima que su volumen de negocios alcanzó los 36.000 Millones de Euros, poco menos del tercio del presupuesto del mismísimo estado español. La 'Ndrangheta se ha modernizado sin renunciar a su tradición rural y familiar y se ha extendido por el mundo sin aflojar en lo más mínimo el control sobre el territorio que considera propio, Calabria, la punta de la bota peninsular, el territorio más pobre y atrasado de Italia. Todo lo contrario: en Calabria, donde, como en Sicilia y Campania, el Estado es débil y la economía es pobre, la única institución solvente es la mafia y no se mueve una hoja sin que lo sepan las familias.
El pasado 16 de octubre fue asesinado a tiros el vicepresidente del Consejo Regional, Francesco Fortugno. No fue casualidad que el crimen se cometiera mientras se desarrollaban las elecciones primarias de la izquierda. Al contrario, a la 'Ndrangheta le encantan los símbolos. Un encapuchado tiroteó a Fortugno en el colegio electoral donde acababa de votar, ante decenas de personas, y escapó tranquilamente, sin prisa.
¿Por qué Fortugno? ¿Por qué el 16 de octubre? Se trató, según la hipótesis policial, de mostrar el descontento con la actuación de la izquierda desde que llegó en abril pasado al gobierno regional. En Calabria, como en Sicilia, las organizaciones mafiosas deciden los resultados electorales porque controlan paquetes de votos decisivos. Tienen muchos clientes, muchos amigos y, sobre todo, imponen miedo. En primavera, la 'Ndrangheta apostó por el cambio. Pero el nuevo presidente, Agazio Loiero, hizo algo inesperado: en lugar de formar gobierno con la gente de siempre, buscó profesionales y funcionarios con poca experiencia política. Como el propio Fortugno, médico de profesión. Los nuevos consejeros eran personas ajenas al viejo juego regional del intercambio de favores y no tuvieron en cuenta que ciertos contratos públicos, como los suministros hospitalarios, correspondían tradicionalmente a una u otra familia. Acabando con Fortugno, la 'Ndrangheta sugirió a su manera la necesidad de volver al antiguo sistema. No por dinero, algo que le sobra a la mafia calabresa, sino por principio: había que demostrar que Calabria seguía siendo suya.
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